Croquetas de jamón sin gluten
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·Cómo hacer croquetas caseras sin gluten ni lactosa. Receta de croquetas muy fáciles de preparar perfectas para intolerantes. Paso a paso con fotos y vídeo para que te salgan perfectas.
Ingredientes
4 raciones
- 100 g. de harina sin gluten de Schär (también valen con Maizena, almidón de maíz)
- 50 g. de jamón picado de calidad
- 750 ml. de leche sin lactosa
- 1/2 cebolla
- Pan rallado sin gluten ni lactosa Panceliac
- 2 huevos
- Aceite de oliva virgen extra
- Sal y pimienta negra recién molida (al gusto)
- 3 g. de nuez moscada molida (una pizca)
Preparación
- Pela y pica la cebolla muy fina (o pasa por la picadora). El objetivo es que casi no se note al morder, aunque si te gusta con tropezones de jamón, no piquéis el jamón, cortadlo a mano muy fino. Reserva.
- En una sartén grande, vierte dos cucharadas colmadas de aceite. Añades la cebolla y la pon a pochar a fuego muy bajo. Calienta la leche sin lactosa a fuego medio-bajo y disolves la harina sin gluten o la Maizena en leche tibia.
- Cuando la cebolla está transparente, le incorpora la leche con la harina disuelta. Añade la sal y la pimienta y echa la nuez moscada. Yo le añado pizca y media, porque me gusta mucho esta especia y un poco de sal al gusto (cuidado que el jamón ya es muy salado).
- Remueve continuamente para que no aparezcan grumos, a fuego medio. Para que la masa quede bien, hay que tener paciencia y remover mucho tiempo. Hasta que se despegue de los bordes al pasar el cucharón. Cuando se ha empezado a espesar añades el jamón picado y sigue removiendo.
- Aparta la cazuela del fuego, retira la masa a un bol o a una fuente y deja que enfríe.
- Ahora empieza lo divertido, comienza a dar forma a las croquetas. Este es quizás mi secreto, el reposo, así la masa quedará más consistente al rebozar. Si tenéis mucha prisa o son para el mismo día. Podéis emplear el congelador para que enfríen rápido y sean más sencillas a la hora de manipular.
- Bate dos huevos en un plato hondo y pon abundante pan rallado sin gluten ni lactosa en un plato liso. Prepara en boles los ingredientes para el rebozado, los huevos batidos y el pan rallado.
- Forma la forma deseada para las croquetas, en casa te ayudes de una cuchara. Para bolear las croquetas con la mano, lo mejor es untarlas con un poquito de aceite para que no se te pegue la masa.
- Coge una porción de masa y le das la forma deseada. Alargadas o en forma de bolitas y las pasa, inicialmente por pan rallado.
- Sumerge cada bolita de croqueta en el huevo batido y luego, bien escurridas. Las reboza con el pan rallado y de nuevo por el huevo.
- Calienta en una sartén honda una buena cantidad de aceite suave para freír. Una vez caliente vas friendo las croquetas.
- Tienes que tener la precaución de ir bañando las croquetas con el aceite por su cara superior mientras se van friendo. Así evitarás que se te abran y les salga el relleno. Reserva sobre un papel absorbente, y así quitarás el sobrante de aceite.
- Os aconsejo que una vez que la masa de croquetas está tibia o fría, la tapéis con papel de plástico alimentario o film. La deja en la nevera hasta el día siguiente (24 horas aproximadamente). Es importante que no pongáis el film inmediatamente. Para evitar que salgan gotas por el calor y el vapor. Además evitáis esa costra que luego es difícil de manejar.
- Aunque hay quien disfruta mucho con las croquetas frías en casa somos de comerlas tan pronto como están hechas, cuando todavía están calientes.
- Estas croquetas se pueden preparar con antelación, congelarlas para cualquier cena o comida, y usarse muchos rellenos diferentes. Una forma perfecta de aprovechar restos de carne o pescado. Aunque en este caso has optado por las clásicas de jamón, una adaptación de la que ya tienes en el blog y que tanto gustan.
- Lo bueno de esta receta es que también puedes conservarlas en la nevera durante unos días antes de pasarlas por la sartén, e incluso congelarlas para apañar una cena o un picoteo improvisado en un santiamén.