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Receta de Crema de puerros

Crema de puerros

3.1 (153)
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Como hacer crema de puerros. Receta suave, barata, sana y ligera. Perfecta como primer plato de cuchara perfecto. Paso a paso con fotos

Ingredientes

6 raciones

  • 4 puerros (parte blanca)
  • 2 patatas medianas
  • 250 ml. de agua
  • 200 ml. de leche (la que utilices en casa)
  • 100 g. de jamón serrano
  • 1 cebolla mediana
  • 50 ml. de aceite de oliva virgen extra
  • Sal (al gusto)

Preparación

35 minutos
  1. En esta ocasión solo utilizarás la parte blanca de los puerros. Cortarás por la zona anterior a las hojas, donde apreciamos que el tallo empieza a tener un tono verde.
  2. Retira también la parte inferior o raíz, donde tiene esa especie de “bigotes”.
  3. La parte sobrante no la tiréis, podéis aprovechar las hojas para añadirlas a un caldo de verduras y el tallo en un sofrito.
  4. Pasa los tallos blancos por agua debajo del grifo para limpiarlos y quitarles algún resto de tierra o suciedad que traigan.
  5. Los cortas longitudinalmente en dos mitades. Luego los trocea en porciones de unos 2-3 cm de grosor. Reserva.
  6. Pela la cebolla quitándole las capas exteriores y la pica en juliana.
  7. En una cazuela vierte un poco de aceite de oliva. Sofríe la cebolla 5 minutos a fuego medio, sin que llegue a coger color.
  8. Echa un poco de sal para que suelte el agua, ayudando a que no se te dore.
  9. Introduce ahora los puerros, mezcla y saltea todo junto otros 5 minutos.
  10. Quieres que se vayan cocinando y ablandando antes de la cocción posterior.
  11. Pela las patatas, las lava y las “casca” en dados (tamaño similar a los trozos de puerro) sobre las verduras.
  12. De esta manera consigue que suelten más almidón y la crema resulte luego más espesa y homogénea. Mezcla y rehoga un par de minutos.
  13. Introduce el agua en la cazuela, de manera que queden cubiertos todos los ingredientes.
  14. Cuece 20 minutos a fuego medio, echando un vistazo de vez en cuando para que no se te quede sin líquido.
  15. Sala al gusto en el momento que comience a hervir.
  16. Pasado el tiempo de cocción, retira del fuego la cazuela.
  17. Tritura bien con la batidora, resultando una mezcla con textura de puré un poco espeso. En este punto, añades la leche y remueve en círculo.
  18. Comprobaremos como se va integrando perfectamente al resto y la crema adquiere ese característico color blanco.
  19. Con el calor que tiene la cazuela, deja 5 minutos para que siga haciéndose y cogiendo “cuerpo” nuestra crema.
  20. En función de tu gusto podéis añadir más o menos leche para conseguir el punto deseado, más suelta o más espesa.
  21. Par el toque final del plato vas a preparar un sencillo crujiente de jamón serrano (o ibérico). Nos servirá para decorar, dar un toque de color y también aportar un contrate de texturas.
  22. Cortas las lonchas de jamón en tiras finas de unos 5-6 cm. de longitud.
  23. Unta una sartén con un poquito de aceite de oliva, con la ayuda de una brocha de silicona o un papel de cocina.
  24. Saltea las tiras de jamón a fuego medio 2-3 minutos. Irán soltando parte de su grasa y cogiendo una textura rígida y crujiente. En ese punto, retira sobre un papel absorbente.
  25. Sirve la crema de puerros calentita en la mesa. Decora con unas tiras crujientes en el plato o tazón de cada comensal.
  26. Cuando vayáis a comprar los puerros observad que el tallo sea blanco, recto y consistente. Que no tenga manchas o partes defectuosas.
  27. Si ves la parte superior, las hojas estarán verdes y firmes, sin zonas amarillentas o descoloridas. Una vez en casa, se conservarán perfectamente en el frigorífico un par de semanas y unos 3 meses si los congeláis. Eso sí, luego te recomiendo cocinarlos sin descongelar, para que no pierdan sabor y textura.
  28. Los puerros puedes encontrarlos en los mercados y fruterías durante todo el año, pero el puerro “de verano”, aunque tenga un sabor más suave, es de menor tamaño y calidad.
  29. En estos meses de frío es cuando puedes sacarle más partido en nuestros platos. En la mayoría de ocasiones lo utilizas como ingrediente para realzar un sofrito, para formar parte de un caldo o crema de verduras, en un puré o para acompañar una carne o pescado.