Cazuela de berenjenas. Moxil murciano

Cómo hacer una cazuela o pastel de berenjenas. Receta murciana de origen medieval que además de ser barata y fácil es muy sabrosa, similar a la musaka griega.

• 1,5 Kg. de berenjenas
• 6 lonchas de queso de cabra semicurado
• 3 huevos
• 100 g. de pan rallado
• 1 cebolla mediana
• 4 cucharadas de miel de romero
• Orégano seco
• Pimienta negra recién molida
• Sal (al gusto de cada casa)
• Aceite de oliva virgen extra

1. Pela la cebolla y la cortas en “brunoise”.
2. Lava las berenjenas y las cortas en dados, desechando los extremos.
3. En una sartén con aceite de oliva virgen, sofríe la cebolla a fuego medio.
4. Introduce a continuación la berenjena, mezcla, tapa la sartén y cocina 20 minutos a fuego medio.
5. Una vez pasado el tiempo, pasa a una cazuela apta para horno y deja enfriar.
6. Introduce el aliño al gusto: sal, pimienta negra y orégano.
7. Incorpora el pan rallado, y mezcla todo.
8. Bate los huevos, los vierte en la cazuela y vuelve a mezclar.
9. Precalienta el horno a 180º C.
10. Colocas las lonchas de queso, de modo que tapemos toda la superficie. Como toque final, rociamos con la miel de romero.
11. Hornea 20-25 minutos a 180º C en la bandeja central del horno.
12. Recordad que cada horno es un mundo, es aconsejable mirar hacia el final del horneado como va, cuando empiece a burbujear el queso y dorarse la superficie, ya lo tendrás listo.
13. En la receta original usas miel de romero, más frecuente en el Este y Sur de España.
14. Si no podéis conseguirla podéis utilizar otra miel, pero tened presente que no sea demasiado aromática, ya que cambiará el sabor tradicional de la receta.
15. Cada horno es un mundo, así que vigilad el proceso de cocinado, procurando que no apure demasiado y se te chamusque demasiado la superficie.
16. Si veis que empieza a quemarse, colocad un papel de aluminio, para evitar que se te estropee la cazuela de berenjenas.
17. Si tenéis peques en casa, esta receta es una buena manera de que consuman verduras sin enterarse.
18. Con el queso fundido y el toque dulce de la miel, seguro que se zampan una buena ración sin protestar.